Hay películas que a primera vista te resultan poco atractivas por sus trailers, actores, guión, etc. Con The Cabin in the Woods me pasó por parecerme el clásico y estúpido cine de horror en el que van matando a un grupo de jóvenes con sed de aventura y en la que la primera en morir es la chica fácil y la más indefensa y virgen, al final, sobreviven de forma prácticamente incompresible. En la película escrita magistralmente por Joss Whedon [director de The Avengers] y Drew Goddard, pasa exactamente esto, pero de una manera inesperada, tan inesperada que no sé ni cómo continuar esta reseña sin echarles a perder la sorpresa —por no decir locura—.The Cabin in the Woods mantiene una narrativa clara, pero a la misma vez confusa, ya que en ningún momento nos ocultan lo que está pasando y desde muy temprano en la película nos damos cuentas que esto no era lo que parecía desde un principio. Y es aquí, sin contar demás, donde reside lo interesante y llamativo de The Cabin in the Woods. Una cinta que mezcla algunos géneros para desarmar y reconstruir otro con un resultado brillante y, hasta cierto punto, refrescante. Aunque claro, no es apta para todo el mundo.
The Cabin in the Woods comienza con dos hombre de oficina [Bradley Whitford y Richard Jenkins] hablando, pues, de lo que normalmente hablamos con los compañeros en el trabajo, boberías. Como primera imagen, desconcierta un poco, sino bastante, dado que no es lo que esperamos. Luego pasamos a la presentación de nuestros sacrificados, el chico “bonitillo”, [Chris Hemsworth], la chica fácil [Anna Hutchinson], su sencilla amiga y virgen de paso [Kristen Connolly] el chico estudioso [Jesse Williams] y el quinto elemento —uno de mis personajes favoritos de la cinta— el “tecato” [Fran Kranz].
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